Como la planta
Como la planta solitaria en el alféizar,
me veo así, aceptando mi destino,
en este patio lleno de luces,
en este patio de ambición,
donde cuelgan ropas de miseria
y llora triste un acordeón.
De la duda emerge mi sombrero:
adónde nos conduce el subterráneo,
para qué mueren al fin las amapolas
en el encaje de los sueños.
El crepúsculo canta rodeado de aves,
el sufrimiento es un pájaro al fin,
y el porvenir un pañuelo desechable
que arroja el dandy,
devorador de besos.
Vosotros me convocáis a este campo sin ortigas,
me reclamáis desde el mar, cerezo solo,
me despojáis de mi sosiego.
Algo al fin se me va ocurriendo:
que en este pueblo venido a menos,
en esta sociedad de jaulas vacías
soy vuestra compañera gimiendo,
y con estas zapatillas de esparto
ya no podré llegar muy lejos.
Buenas noches, amigos, que descanséis.
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